30.5.12

DÉJÀ VU

Como ya me sucediera el pasado año en Traducción e Internet, infinidad de programas no son compatibles con mi humilde herramienta de trabajo Macquera (apodada Hecky). A veces hay alternativas, otras veces no hay más que morderse el puño y darse por vencida. Pasó el año pasado con HTTRACK (cuyo sustituto tuvo que ser un programa llamado SiteSucker, con eso digo todo...) y este año no ha sido para menos. Únicamente he podido catar Déjà Vu en las horas de clase y en algún que otro momento más cuando me he pasado por las aulas de informática a enredar con el programa. Debido a esta falta de medios, tengo que decir que me han sido de gran utilidad tres fuentes principales de sabiduría: la página de ATRIL, los blogs de mis compis y los tutoriales de YouTube, que me han hecho ver la luz en muchas ocasiones y, aunque no pueda repetir paso a paso lo que en ellos se indica para, por ejemplo, crear una memoria de traducción, un lexicón, terminología, un nuevo proyecto..., sí que he podido ubicarme cuando me sentía un algo ajena al software en cuestión. A una semana de la prueba de fuego, queda ultimar detalles y pulir las asperezas, tocar botones y descubrir todos los entresijos (en la medida que sea posible) de este sistema de traducción asistida por ordenador o CAT, de los que ya hablamos en su momento en nuestra entrada sobre Babelfish y Omega-T. Por último, para aquellos que vayan rezagados o, por el contrario, quieran profundizar algo más en el tema, aquí dejo unos cuantos enlaces (muchos de ellos proporcionados por nuestro amigo Loscertales) a algunas entradas de mis compañeros que creo son de gran utilidad para acabar de resolver el misterio de Déja Vu:


Herramientas TAO: Déja Vu y otros programas, cortesía de Carlos Tuñón. 

Déjà Vu X2 al completo, cortesía de Sofía.


Déjà Vu (¡allá vamos): crear un proyecto y más, cortesía de Sandra Gutiérrez.



Y ahora sólo queda desear muchas, muchas horas pegados a la pantalla de vuestras respectivas computadoras. ¡Saludos cibernéticos!

Actualización a 2 de junio de 2012

Hoy nos hemos puesto manos a la obra. Ayudada por algunos de los documentos que hay en la página de Moodle y con la inestimable ayuda de nuestro compi Darío, me he dispuesto a terminar de resolver el misterio del Déjà Vu. Como en muchos aspectos de la vida, necesitamos ser organizados. Antes de empezar a trabajar con el programa, antes incluso de abrirlo, debemos crear una carpeta, a la que podemos apodar «DV», por ejemplo. Dentro de esta carpeta crearemos dos carpetas: «Nueva_MT» y «Export_MT». Y ya estamos listos para empezar.

Abrimos el programilla y damos a Nuevo > Proyecto. Lo primero que nos pide es que especifiquemos un proyecto; entonces damos a «Crear» y le otorgamos un nombre a nuestro proyecto, por ejemplo, «Proyecto» (¡viva la originalidad!) para que no haya pérdida. Después de crear nuestro proyecto, Déjà Vu nos pide que especifiquemos las lenguas con las que vamos a trabajar, origen y destino. Elegimos el par de lenguas que vayamos a utilizar, en nuestro caso, lo más probable es que sea EN o FR origen y ES destino. Una vez escogida damos a «Siguiente».

Bien, llegamos a un punto trascendental del proceso de creación del proyecto. Por lo general, trabajaremos con memorias ya creadas que contendrán ya multitud de segmentos y términos de todos los proyectos que hayamos hecho previamente. No obstante, vamos a ponernos en el caso de que esto no sea así, de que no tengamos aún ninguna memoria hecha. Entonces, diremos «Agregar TM local»  y le otorgaremos un nombre a la memoria, por ejemplo, «Memoria» (para seguir con esta racha de creatividad). Déjà Vu nos dirá, como es lógico, que ese archivo no existe y que si queremos crearlo, a lo que diremos «Sí». Lo mismo ocurre con el siguiente paso, que es la terminología (que puede ser opcional), si tuviéramos una ya creada sería la que seleccionaríamos pero como estamos en la hipótesis de que partimos de cero, daremos a «Agregar TM local», le damos un nombre («Terminología») y le decimos que sí queremos crear ese archivo inexistente, igual que hemos hecho con la memoria.

Déjà Vu, después de haber creado o abierto memorias y terminologías, nos pedirá que especifiquemos un cliente y un tema para nuestro proyecto, lo cual seleccionaremos según el tipo de proyecto que nos traigamos entre manos, igual que ocurría con los idiomas. Una vez hemos seleccionado estos parámetros, damos a «Siguiente» y continuamos. Llegaremos entonces al punto en el que programa nos pide que especifiquemos la ubicación de los archivos de origen, es decir, el archivo que vamos a traducir, pues no debemos olvidar que Déjà Vu es una herramienta de traducción asistida por ordenador no una herramienta de traducción automática, como podía ser Babelfish. Una vez hemos añadido nuestro archivo o archivos de origen, daremos a «Siguiente» estaremos a un paso de haber creado nuestro proyecto. Damos a «Terminar» y se nos abrirá esta interfaz (en este caso con el texto perteneciente al archivo iPadExtract.docx):



Ya estamos listos para empezar a traducir. A medida que vayamos traduciendo segmentos, debemos pulsar Ctrl + flecha de dirección abajo para ir cambiando de segmento y que nuestra traducción se vaya guardando y vaya dando por correctos los segmentos traducidos. Por otro lado, debemos tener muy en cuenta los códigos, que debemos respetar y mantener en la misma posición que en el original (como vemos en el último segmento de la captura de pantalla). Para evitar errores indeseables, podemos copiar el segmento original en la columna del idioma de destino (Ctrl + C > Ctrl + V) y traducir a partir de ahí. Una vez que hemos traducido el documento, debemos exportar el proyecto a la memoria que habíamos creado, para que esta se alimente de nuestro trabajo y, proyecto a proyecto, vaya engrosando. Para ello, hacemos click en Proyecto > Enviar proyecto a memoria (Alt+F12) y aceptamos los parámetros que vienen determinados por defecto. Una vez hecho esto, ya podemos abrir la memoria. Damos a Abrir > Memoria y se nos abrirá en una nueva pestaña a la derecha, junto a la pestañita del Proyecto, como vemos en esta captura de pantalla:



Una vez tenemos la memoria abierta, ya podríamos exportarla, por ejemplo, en un archivo .TMX (Translation Memory eXchange), si tuviéramos que trabajar con personas que no utilizan sistemas de traducción asistida diferentes al nuestro, como podría ser SDL Trados. Para exportar la memoria, sólo tenemos que dirigirnos a Archivo > Exportar > Datos externos. Una vez ahí, especificamos el formato de los datos, en este caso .TMX, y seleccionamos ubicarlo en la carpeta que antes habíamos creado llamada «Nueva_MT» y le damos el nombre de «MemoriaDV», por ejemplo. Una vez hecho esto, especificamos los idiomas con los que hemos trabajado, que aparecerán en un recuadro a la izquierda en la ventanita del asistente. Hacemos click en «Añadir Todos» y vamos dando a «Siguiente» hasta que encontremos la última ventanita donde pinchamos en «Terminar». La razón de tener dos carpetas creadas, una para la memoria y otra para exportar el proyecto traducido, es que Déjà Vu genera infinidad de archivos y es mejor que no confundamos el proyecto con la memoria y el mejor modo de evitar esto es tenerlos separados. Ahora ya sólo nos queda importar nuestra traducción en formato Word. Para ello, debemos volver a pinchar en la pestañita que pertenece al proyecto. Una vez allí, vamos a Archivo > Exportar > Proyecto traducido. Seleccionamos la carpeta de destino, que en este caso sería «Export_MT» y damos a «Aceptar». Ya tendríamos entonces nuestra memoria recién nacida y nuestro proyecto traducido. ¡Así de fácil!

A partir de ese momento, cada vez que hiciéramos un proyecto de características similares al que nos sirvió para generar nuestra memoria, utilizaremos esa memoria para que el programa nos sugiriera traducciones que ya hicimos en su momento y asistirnos así en nuestra labor traductora, a la vez que nosotros vamos engrosando nuestra memoria traducción a traducción. ¡Y ya hemos visto el Déjà Vu!

21.5.12

SUBTITULADO 2.0

Esta vez va de subtítulos la cosa. El año pasado hice para Traducción e Internete una pequeña y modesta presentación sobre el subtitulado. Nada demasiado pomposo ni técnico sino, más bien, impresiones de una novata en este campo. Hará un par de días terminé de subtitular el vídeo que presenté el pasado curso; como era una exposición casera no hacía falta mostrar todo el vídeo sino, más que nada, el proceso. He pensado que como no fuimos muchos en aquella asignatura el primer semestre voy a contaros cómo fue el proceso.

En primer lugar, debiéramos hacer una gran distinción entre subtitular partiendo de cero y subtitular partiendo de un archivo .srt o .sat ya creado. Para el primer caso escogí esta entrevista al modelo inglés Joosh Beech. Era un vídeo no muy largo con lo cual el proyecto era bastante accesible. Para el segundo caso escogí el primer capítulo de la primera temporada de la serie de televisión estadounidense The Walking Dead. Bien, la diferencias más notables son la transcripción y la sincronización. Para poder subtitular la entrevista, tuve que hacer una transcripción de la misma en inglés, traducirla y luego ir segundo a segundo sincronizando los subtítulos. Sin embargo, con la serie de televisión, no tuve más que bajarme unos subtítulos en inglés ya hechos e ir traduciendo, ni más ni menos. No por nada en muchas de las páginas de las que hablamos cuando comentamos la traducción colaborativa se especifica a cargo de quién corre la sincronización pues es un arduo trabajo que requiere tiempo y paciencia y, por supuesto, reconocimiento.

En cuanto a los recursos utilizados, de nuevo se nos presenta el problema del que hablamos al explicar la gestión de proyectos; y es que a pesar de que existen programas Macqueros, algunos no ofrecen la calidad de sus hermanos los Windows. El archiconocido Subtitles Workshop no es compatible con Mac así que después de probar Aegisub y Jubler me quedé con Miyu, que es el que vengo utilizando desde entonces. He de reconocer que muchas veces se me ha colgado y he tenido que volver a ponerme a sincronizar y que, en más de una ocasión, he querido tirar la toalla (y de paso el ordenador por la ventana). No obstante, una vez le pillas el tranquillo, es relativamente fácil. Simplemente, tienes que guardar continuamente el proyecto y no pretender que el programa vaya a la velocidad de la luz.

Un problema grave que le encuentro es que, aunque el archivo de subtítulos se puede exportar perfectamente como un .srt o un .sat, a la hora de exportar el vídeo con los subtítulos ya incrustados, no soporta el formato .avi, con lo cual sólo puedes extraerlo como un vídeo de QuickTime, con todo lo que ello conlleva. Tengo aún que investigar programas que permitan unir un archivo .srt con un archivo .avi, si bien es cierto que con el VLC no hay ningún problema en cargar el vídeo y su archivo de subtítulos correspondiente, siempre y cuando, como ya sabéis, lleven el mismo nombre.

Un último apunte sería el hecho de que los subtítulos no se ven igual en Miyu que en VLC. En Miyu son amarillos y ocupan bastante menos espacio mientras que en VLC son blancos y más grandes. Esto es importante pues en Miyu puede que una frase de diálogo ocupe una línea o dos y que estas se conviertan en tres en el VLC. Para evitar este tipo de problemas, en la medida de lo posible debe haber sólo una línea por fotograma, a lo sumo dos, para que se pueda seguir bien y no haya demasiada letra arrejuntada. ¡Por cierto! Cuando exportamos el archivo .srt, debemos ponerle el encoding Unicode (UTF-8) si no queremos que las tildes y las eñes se nos vayan al garete. 

Aquí os dejo una captura de mi entorno de trabajo, para que podáis ver la interfaz del programa, cómo se puede previsualizar el vídeo con los subtítulos incrustados, la sincronización por horas, minutos, segundos y en décimas de segundo (que son las que marcan la diferencia, en realidad, entre una intervención y otra), etcétera.



Después de estar enredando rato y rato con programas para juntar un archivo .avi y un archivo .srt, decidí darle una oportunidad al D-Vision 3. Todo iba bien hasta que en las opciones de encoding no encontré el archiconocido UTF-8. ¿Consecuencia? El .avi resultante había descalabrado todas las tildes, eñes e interrogaciones de apertura. Si los subtítulos hubieran estado en inglés, no habría habido ningún problema pero al estar en español y el programa no ofrecer la posibilidad del UTF-8 el restultado deja bastante que desear puesto que es prácticamente imposible, aunque se intuya que son tildes o interrogaciones, leer los subtítulos. 

Miyu me dejó exportar el vídeo con los subtítulos y, si bien es cierto que el VLC no puede reproducir el formato del QuickTime, tanto el QuickTime Player como el RealPlayer pueden reproducirlo sin problemas y una ventaja de exportarlos en este formato es que los subtítulos mantienen el tamaño y la disposición original, es decir, la que en la interfaz del programa aparece. Una gran desventaja es que, por ejemplo, YouTube no soporta este tipo de formatos. Al subir el vídeo a mi cuenta para poder compartir el enlace aquí, el audio desapareció y únicamente se veía el vídeo con los subtítulos. Sé que si tienes el QuickTime Pro puedes hacer determinados ajustes para que, después, YouTube pueda subirlo sin problemas de sincronización pero, desgraciadamente, no dispongo de esas herramientas a día de hoy con lo que, muy a mi pesar, no puedo mostrar el vídeo aquí en el blog. 

No obstante, pregunté a mi ducho amigo Carlos (autor de El Antro del Traductor) sobre programas que unieran .avi con .srt o .ass y me dijo que él utilizaba el VirtualDub que, para variar, no se encuentra disponible para Mac. Si tengo tiempo intentaré descargar el programa en algún ordenador Windows (o utilizarle como recurso informático) y hacer la fusión y así poder compartir con todos vosotros mi humilde trabajo. Hasta entonces, seguiremos con la labor de investigación subtituladora.


¡Eureka! Esta mañana, después de pasar un par de horas con un Windows (relatadas más en profundidad en nuestra actualización de la entrada sobre el Déjà Vu), he pensado seguir los consejos de nuestro querido amigo y ferviente blogero Loscercarlos y, ya que estaba, bajarme el VirtualDubMod y probar a incrustar mis preciosos subtítulos en el precioso vídeo de formato .avi. Después de bajármelo e instalarlo, había que meter filtros y plugins diversos y no quería yo acabar haciendo explotar aquella computadora que, más que nada, no era mía. Por ello, me he visto enfrascada una vez más en la búsqueda de un programa que me permitiera incrustar los subtítulos en el vídeo. Buscando y buscando he acabado encontrando un programa llamado ffmpegX. Si bien es cierto que también requiere algunos plugins adicionales, la página te va explicando pasito a pasito cómo instalar correctamente la versión de prueba (que es con la que he trabajado) y no hay pérdida alguna. Aquí una captura de cómo es la interfaz del programita que, la verdad, no podría ser más simple ni más intuitivo ni podría haber dado mejor resultado:


Se abre el archivo de vídeo y, en la opción de filtros, su sube el archivo de subtítulos. He probado varias veces, tanto con archivos .str como con .ssa y, finalmente, he comprobado que si se quiere mantener el encoding UTF-8 se debe subir un archivo .saa. En la opción de «Pos[ición]», podemos modificar la altura a la que queremos que estén los subtítulos (marcado en azulito en la foto); si marcamos 100, los subtítulos estarán pegados abajo del vídeo y, si vamos descendiendo la cifra, los subtítulos se irán elevando en el vídeo. Una vez que hemos elegido todos los parámetros, entre los que están también el tamaño de la letra e incluso la fuente (para aquellos que tengan cierta debilidad por las tipografías), damos a «Codifique» (que está en francés puesto que los desarrolladores del programita son franceses) y en menos de un minuto un sonidito de horno nos avisa de que el vídeo ya está listo. He tenido que hacer varios intentos hasta que he conseguido que los caracteres se mantuvieran y que los subtítulos no apareciesen en medio de la pantalla pero, al fin y a la postre, aquí tenéis el resultado. A estas alturas sigo sin haber conseguido descifrar el nombre que dice el entrevistador francés (que decidí dejar como XXX) y tampoco he sabido cómo hacer que los primeros subtítulos aparezcan más altos y luego bajen; cuando en el VLC se abre el archivo de subtítulos, siempre ocurre esto ya que abajo aparece el título del vídeo, pero ahora que no aparece no entiendo porqué sigue haciéndolo. En cualquier caso, espero que esta entrada haya servido para mostrar algunos de los programas que existen actualmente para Mac para cuestiones de subtitulado y encrustado, así como formatos y diversos procedimientos que debemos seguir si queremos dedicarnos en nuestros ratos libres (por ahora) a esta rama de la traducción. ¡Saludos subtituladores!